Un dulce palpitar - poema de Archville, recita Petricana
LLevabas puesto mi carmín violeta,
zapatos de charol, un buen vestido,
collar, anillo, guantes de seda
Y un dulce palpitar, enloquecido.
Un sueño en la mirada, una pulsera,
tacones no muy altos, colores no muy vivos
mezcla de soledad y de solera
Y un dulce palpitar, enloquecido.
Las manos ya cruzadas, lisonjeras
el pelo que jugaba en remolinos
la luz de las mañanas tempraneras
Y un dulce palpitar, enloquecido.
La tez al alba, candente, que despierta
madurez de vendedora de solsticios
otoños que segar, por las muñecas
Y un dulce palpitar, enloquecido.
Un sueño entre los goznes, la tristeza
de un vaho hecho de hiel y de cariño
a veces penetrante, otras discreta
Y un dulce palpitar, enloquecido.
Una amalgama que huye y que se queda
del aire, de la tierra y del abismo
una puerta, que siempre está entreabierta
Y un dulce palpitar, enloquecido
.
Archville.
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