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CLUB DE POETAS

mariel~

mariel~

En el lenguaje de las flores

En la inquietud de la caléndula,
se calmaran las penas
-en obediencia absoluta capuchina-
Que la constancia de un jacinto
no insensibilice las lágrimas,
será el laurel de la gloria
en la humildad de las lilas.
Y en la azalea templanza,
de la elocuencia del loto
del egoísmo narciso
-que en sinceridad lunaria-
superarse en el muérdago,
de las ortigas crueles,
en una paciente hacedera
de olivo y paz


Obsesión

No consientes que mis párpados desciendan
y trepanas a mis sienes –vas calando-
tú, mi escarcha con templanza –vas cubriendo-
y un derroche de poemas son tus labios.
Y es tu barco faenero en agua estanca
un efluvio de sonidos de esa orilla,
sangre roja de dulzura alambicando
arribando mi zozobra sin permiso
Y es tu sal... tan hidratado es tu ánimo
Que si un réquiem para mis ojos, tú me niegas
Si la muerte de mis versos vas vetando
Si un sudario, si expirar, no me permites
¡como decirte, como morir
Aún estando tan viva, tan vestida de añil
que mi piel acerada improviso
y aún sigo notando la tibieza de tu mano!


Nacido para ti

A ti que tienes voz, en el alma y en las manos
que sobrada de razones y en pos de tu cuartilla
generosa te nos brindas en la humildad más arrogante
A ti te escribo yo, por la elegancia de tu arte.

Y a ti te escribo yo, porque me sobran los motivos
donde realzas bellos páramos de naturalezas muertas
porque pintas balaustradas, porque adornas los balcones
porque vuelas majestuosa en el brillo inalcanzable.

Y por eso yo te escribo y escribo a esa dulzura
de unas letras que en tu karma ya nacieron contigo
porque en toda sencillez, eres canción y eres poeta
y yo... en el eco de esos versos; aprendiz de soberanos
a ti.. que dios te puso voz, en el alma y en las manos.
17.01.2005 - Dedicado a Cinde

De Ojos

No me tengo por poeta -y en mi intento-
aprendí que hay mil miradas que delatan
hay miradas traicioneras que desgastan
hay miradas, hay de odio y mojigatas.
Y hay miradas que denotan la lujuria
otras tantas y otras muchas son tan blancas
hay miradas de dulzura y de tristeza
tan azules y tan verdes de esperanza
y hay miradas tan mortales tan vacías....
que en algunas aprendí que hay solo ojos
ojos que traspasan sin mirada
Dios te puso, dos luceros en el rostro
sin mirada intencionada, -aún resaltan-
y aprendí que yo sin mas, robé tus ojos.

Valle

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