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CLUB DE POETAS

HABANA31

HABANA31

Yo soy Lourdes, Habana-27 o 28 cuando descubrí estas salas, y a estas alturas Habana-31. Y ojalá que este número cambie muchas veces!
Nací en Cuba, en una provincia, más bien aldea, llamada Guantánamo, muy conocida por la guantanamera y por los americanos. Ahora, afortunadamente, vivo en Madrid desde algo más de cinco años.
No hay ningún dato objetivo que pueda dar de mi vida que sea aparentemente interesante. No tengo una “obra”, ni una “trayectoria” ni un “currículum" que pueda resumir (literariamente hablando).
Por eso me limitaré a contar lo subjetivo, lo que es para mí el verso, y lo que justifica los poemas que he podido escribir. Empecé a escribir hace mucho, en un afán de nombrar, de describir, de descifrar los impulsos, el cariño, el deseo, las nostalgias... en un afán de apresar, de entender, y hasta de exorcizar todo eso que existe y que revolotea en la sangre y en el alma y que de muchas maneras nos exige que lo traigamos a la luz.
Muchas veces lo he abandonado por no verle sentido. Otras lo he retomado por empezar a verle un sentido. Hoy en día me parece una forma de ordenar, de sacar partido  a modo de creación  al caos. Como una forma de poner ternura, de moldearla, de amasarla...esa ternura que se nos escapa, que a veces se nos queda por dentro cuando ni siquiera bien bien la hemos sabido  o podido  expresar.
Esto lo escribí una vez, y creo que intenta resumir lo que significa para mí la poesía:

“Entre las cosas inútiles de mi vida, de tantas, están éstos que he querido llamar versos, tan inútiles como, tantas veces, mi tristeza. No los quiero, pero existen, como un desangrarse lenta e involuntariamente. Pero a la vez son como mi propia sangre, la corriente que arrastra, o más bien soporta, mis nostalgias y también mis alegrías. Son también, yo diría, como una segunda vida, íntima, oculta y misteriosa, distinta de mi cuerpo y de otros ojos, un refugio seguro donde vivo y me guarezco, río, lloro y puedo tener miedo sin tener, necesariamente, que esconderme.
Y son como toda mi vida, que va fluyendo como un río ciego, siempre en busca de un sentido.”

Y más allá de todo esto, he encontrado algo más que durante años no supe y que en gran parte le debo a las salas de poesía y a sus poetas: Que los versos son una forma de compartir.

Un saludo. Un beso."

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