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CLUB DE POETAS

"La actualidad de Miguel Hernández" ARTÍCULO DE OPINIÓN DE JOAQUÍN BENITO DE LUCAS

"La actualidad de Miguel Hernández en los estudiantes universitarios"

Más de una vez me he preguntado qué es lo que hace que un poeta siga siendo leído cuando ha transcurrido más de medio siglo de su muerte. Ya sé que hay razones irrefutables como son la calidad de su obra, la modernidad de su pensamiento, la actualidad de su lenguaje, etc. Sin embargo, poetas que poseen todas esas virtudes literarias van perdiendo poco a poco actualidad hasta quedar reducidos a unas líneas en los manuales de literatura y a un par de poemas en las antologías.

Estas consideraciones me las hago año tras año, al corregir los trabajos que sobre poetas españoles realizan mis alumnos del curso “Poesía española contemporánea”, en la Facultad de Formación de Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid. Bajo el enunciado de “Poesía española contemporánea”, explico durante el primer cuatrimestre de cada curso, desde hace bastantes años, la evolución de la lírica partiendo de la generación de 1936 hasta llegar a la promoción de los años 70. El trabajo final de cada alumno consiste en el estudio de la obra de un poeta de ese periodo, elegido libremente. Son entre diez y quince folios en los que se expone un breve resumen de su vida y se estudia alguno de sus libros, con indicación de la bibliografía utilizada.

Y todos los años compruebo que los alumnos eligen, de tan variado y rico panorama lírico, casi los mismos nombres: Blas de Otero, José Hierro, Gabriel Celaya, Rafael Morales..., sin que falte Claudio Rodríguez o José García Nieto, entre otros. Pero, sobre todos esos nombres, gran parte de los trabajos tratan de Miguel Hernández. ¿Por qué ese interés por este poeta?

En el último curso que he impartido (octubre 2002- enero 2003), de los sesenta alumnos matriculados en esta asignatura de “Libre configuración”, doce han elegido para su trabajo final la obra de Miguel Hernández, lo que representa el 20% de los asistentes.

De estos doce alumnos que han elegido la obra del poeta oriolano, siete se han decidido por El rayo que no cesa, tres por Cancionero y romancero de ausencias, uno se ha inclinado por Perito en lunas, y otro ha ofrecido una visión de conjunto de El rayo que no cesa y Cancionero y romancero de ausencias. Como puede verse, ninguno de los trabajos ha tratado sobre los dos libros relacionados con la poesía de guerra: Viento del pueblo y El hombre acecha.

Se podría pensar que tanto en la elección de cada poeta como en la predilección por una de sus obras es determinante para el alumno la actitud del profesor que muestra mayor interés y admiración hacia uno u otro de los autores explicados. En lo que a mí respecta, puedo asegurar que trato de ser ecuánime en mi interés y admiración por cada autor y que la valoración que de ellos hago se atiene lo más posible a la que ofrece la crítica especializada.

De todos modos, algo debe de influir en la decisión de los alumnos mi actitud al explicar a cada poeta y su obra. Las razones que los estudiantes dan para elegir a Miguel Hernández se fundamentan, principalmente, en la compasión – (“sentimiento de pena provocado por el padecimiento de otros , e impulso de aliviarlo”) que sienten hacia el hombre y su peripecia vital, y la emoción y sinceridad con que es cantado el amor y el dolor en su poesía. Así, en varios de los trabajos citados se dice “Apasionado y reflexivo, retórico y espontáneo, mimético y original, se entrega a su obra de poeta como reflejo verdadero de su propia existencia que intuyó desde muy pronto amenazada por el cuchillo del egoísmo, la traición y el crimen. Su concepción solidaria de la vida está plenamente reflejada en su obra, y quizá tan claramente en sus sonetos de El rayo que no cesa como en su posterior poesía, donde los temas y su tratamiento conllevan más consideraciones para interpretarlo así. Es, pues, una figura “romántica” que desesperadamente lucha a favor del amor, la justicia y la libertad, es decir, en defensa del hombre”.

Este pasaje, que yo pongo entre comillas. aparece, como ya he dicho, en varios de los trabajos citados, pero sin entrecomillar. Corresponde literalmente a lo que yo digo del poeta en mi librito Literatura de postguerra: La Poesía (Madrid, Cincel, 1981). Sin embargo, no citan esa obra en la bibliografía final. ¿De dónde lo habrán sacado? ¿Posiblemente de Internet?

Joaquín Benito de Lucas
Universidad Autónoma de Madrid

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