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CLUB DE POETAS

CINDE

CINDE

Me atrevo a presentaros a Cinde...

Hace ya tiempo, la belleza de los versos de esta poeta iluminaron mis ojos. Después me asombró su sencilla elegancia. Surgía de la nada, un breve instante, susurraba un poema y desaparecía. Comencé a peregrinar por la poesía, buscando torpe e inutilmente sus huellas. Nunca la encontré. Fue ella quien decidió mostrarse tal cual era. Y de nuevo me cautivó con su amabilidad. No quiso subirse a ese pedestal de la poesía, ese al que algunos trepan con uñas y dientes creyendo ser los celosos dueños del parnaso. Todo lo contrario. Me habló de corazón a corazón, como se hablan las personas de la calle, a los ojos, con las manos abiertas y los pies en el suelo.

Expongo a continuación unas breves reseñas que aparecen en internet de esta gran poeta
(Después añadiré lo que yo he visto en ella).

Página www.autenticapoesia.com

"Antonia Álvarez Álvarez nació un día en Babia (León) de cuya fecha no quiere ni acordarse.

Pronto fijó su residencia en algún lugar de Asturias y desde entonces la tierra asturiana la acoge con el mismo cariño que ella la profesa como su patria chica en donde se siente, sobre todo, asturiana de corazón.

Esta estupenda poetisa asturiana -que es como ella desea ser conocida-, estudió en Salamanca y Oviedo filología románica, carrera de la que obtuvo la licenciatura.

El impulso literario y su amor por la poesía, lo lleva dentro desde siempre pero afloró al papel en fecha muy reciente; ello no fue obstáculo para alcanzar el segundo premio en el concurso "Bellido Dolfos".

... es profesora de enseñanza secundaria y ella se tiene por una aprendiz de poeta; pero en realidad, en muy poco tiempo se ha convertido (quizá lo fue siempre, sin saberlo) en una gran poeta de primera categoría. Su fino lirismo, sus bellas imágenes, sus mejores y más sublimes sentimientos, los va vertiendo en cada uno de los versos de sus poesías, como haría el gran músico al componer una bonita sinfonía para esos boleros de los que ella es una gran enamorada..."


En la página wwww.portaldepoesia.com, la cual conduce sabiamente el prestigioso poeta asturiano Francisco Álvarez Velasco, aparece su nombre entre grandes figuras de la poesía española.

"Segundo lugar en el Concurso: El Portillo del amor. Autora: ... (Cinde).
Título: A Federico Acosta, juez y poeta."


Hay más páginas adornadas con sus poemas.

Hace poco tuvo lugar, en Gijón, el primer recital dedicado a su poesía. Y es aquí cuando comienza mi pequeña historia sobre aquella mágica noche...
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Me invitó. La alegría que pude percibir en ella a través de la pantalla era indescriptible, estaba emocionada. No la prometí que iría, y el motivo era evidente: Yo no pintaba nada (como siempre) entre poetas, y menos aún de tal calibre.
Pero por supuesto, aquella tarde me acerqué a Gijón. Entré en el auditorio, en una sala de altos y nobles techos. La gente iba ocupando las sillas, entre saludos y susurros. CINDE se encontraba en primera fila. Su sonrisa era inconfundible. Pero no quise molestarla, aquel era su momento.
Al cabo de unos minutos interminables, subieron al estrado Ana Martinez, Francisco A. Velasco, Antonio Merayo... y ella. Se hizo el silencio y comenzaron a volar las palabras. Francisco y Ana Martinez iban alternándose, recitando los poemas de CINDE. Entre poema y poema surgían los aplausos, espontáneos. No eran esa clase de aplausos vagos y dormidos, que surgen obligados por el silencio. Eran aplausos sinceros, fuertes, eran besos que no dejaban seguir recitando. ¿El tiempo? El tiempo tuvo que salir de la sala, aturdido porque allí no cabían las prisas. La voz de Ana Martinez se hizo mar, los poemas de CINDE se hicieron barca, y todo viró con un golpe de viento. Aquella sala dejó de ser altiva y se hizo balsa a la deriva, y los oyentes naúfragos sedientos. Entre poema y poema la miraba. Su constante sonrisa era la brújula de todas las miradas. Al terminar tuve la misma sensación que tenía de pequeño al descender por un tobogán, en este caso, el tobogán de los sentimientos de esta gran poeta.
Me acerqué con timidez, no pretendía molestarla. Nos miramos sonriendo. En serio, nunca había visto antes un rostro que contuviera la felicidad sincera y plena. La saludé como pude mientras ella me preguntaba timidamente si me había gustado el recital, repitiendome la pregunta sin cesar. ¡Esta gran poeta, estaba preocupada por saber si a mí me había gustado!. - Ha sido estupendo, precioso -respondí como pude con una sonrisa (es imposible no sonreir a su lado), y me marché rapidamente por donde había venido, pues esa noche era especial para ella.

Gracias CINDE por tus poemas, por mostrarme la poesía en una mano que acaricia los mares, las montañas, el cielo y las playas de esta tierra. Gracias sobre todo por tu humanidad, tu sencillez y tu paciencia.

Disfrutadla como poeta. Y si tenéis suerte, disfrutadla como persona y como amiga.

Un abrazo de
Mawey

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