FEIRA FRANCA DE PONTEVEDRA II
La Edad Media y las ferias que congregaban a las más altas clases sociales con las más bajas alrededor de un mercado inspiran la celebración de la Feira Franca de Pontevedra que ya va por su sexta edición. Los vecinos se visten con trajes de inspiración medieval y el casco histórico de la ciudad sufre una importante transformación estética, celebrándose incluso torneos de justas en la plaza de toros local.
Este año la gastronomía y las danzas medievales fueron las protagonistas de la Feira Franca, recreando como en la Edad Media los nobles y los mercaderes acaudalados incluían en su dieta frutos secos, almendras y especias asiáticas, productos muy caros, mientras que los campesinos comían un pan hecho de trigo mezclado con centeno o avena, verduras y algo de carne, especialmente cerdo. Tampoco solía faltar en las casas humildes leche de vaca, oveja o cabra.
Todos estos productos estuvieron en la Feira Franca, así como otras especialidades como mermelada de ambruíñas, amorodos, higos, menciñeiras y naranjas. Entre los elixires que se ofrecen están los licores de café, naranja y albaricoque.
Otras ofertas son roscos de ciego, filloas hechas allí mismo a la piedra, bocaditos de almendra y dátiles y otros dulces de inspiración árabe o hebrea como el pan de los Siete Cielos que para los judíos era una conexión simbólica entre este mundo y el venidero, la trenza redondeada central representaba al monte Sinaí y los siete círculos que rodean al monte representaban los Siete Cielos que le daban nombre.
La comida convive con los disfraces usados por los vecinos de la ciudad que se animan a participar con carros y caballos por las calles, con condenados a la horca, con herreros, soldados, frailes, artesanos y otros personajes con historias propias.
Asimismo se organizan almuerzos o cenas en las calles y plazas del centro histórico, y los artesanos y personas en general que lo desearon, pudieron hacer demostraciones de oficios tradicionales o vender sus productos en la calle.
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