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CLUB DE POETAS

La poesía de ELSA LÓPEZ

La poesía de ELSA LÓPEZ


Te he querido, tu bien lo sabes.
Te he querido y te quiero
a pesar de ese hilo de luto que me hilvana
al filo de la tarde.
Y tengo miedo.
De la lluvia, del pájaro de nubes,
del silencio que llevo conmigo a todas partes.
Tengo miedo a la noche,
a quedarme encerrada entre alambres del sueño,
a la palabra olvido
y a tus brazos en forma de barrotes dorados.

Miedo a recorrer la casa y saberla vacía,
o a quererte, de nuevo, mucho mejor que antes.
No me abandones en esta larga ausencia.
Recuerda lo que he sido para ti otros inviernos:
el tiempo de querernos indefinidamente,
el mar,
los barcos que llegaban sin muertos a la orilla,
el ruido de las olas al fondo de la casa.
Y el viento,
recuerda el viento, amor, doblando las esquinas.
1982


Tú tienes la costumbre de los ríos:
pasar por las riberas sin mojarte,

formar algún remanso en el camino
y luego hacerte bulla, catarata,
arrasar con las plantas de la orilla
y arrojarte de golpe en los océanos.

Tú tienes la costumbre de los peces:
deslizarte muy suave entre mis muslos
y quedarte parásito en mi origen
cubriéndome de escamas la cintura
para luego afiliarte a la albacora
y tomar otro rumbo sobre el agua.

Tú tienes la costumbre de las aves:
volar por los aleros de mi casa,
desmigajar el pan que me alimenta
y hacer nidos de caña en mi regazo
para luego alejarte en desbandada
dejándome la miel entre los dientes.
1995


Perdona si algún día invado tu presencia
y quedo clausurada sobre tus dos rodillas.

Perdona si declaro tu destierro de aljibe,
si me bebo la luna que duerme en tus ojeras,
si entretengo tus horas de soñador furtivo
y me pongo pesada al contarte mis cuentos.
Perdona si soy alta, mimosa, insumergible.
Si me duelen las cosas que dices a diario,
si no te miro a veces cuando vas a buscarme
o mis ojos se cuelan por tus vértices negros.
Perdona si comparto contigo mis asombros
y habitamos felices en un mismo planeta
del cual sólo se saben tus pasos y los míos.
Perdona si algún día persigo tus cometas
por el sol y las tapias de recoletos sur.
Perdona si estoy triste
y me atrevo a pedirte las señas de tu cuerpo
precisamente hoy,
unas horas más tarde de acabar el invierno.
1995


No llores, amor mío,
no se nublen tus ojos,
que voy a andar ligera a tus pies enredada
y no podrás seguirme cuando llegue a tu pecho.
Aguárdame en la sombra al final de los árboles.
Extenderé las alas y volaré hacia ti.
Penetraré lo oscuro,
reclamaré del bosque la humedad de tu tronco
y ya no habrá enemigos pendientes de tu espalda.
Tienes que estar atento,
que cuando emprenda el vuelo tendremos el instante,
el fulgor de las alas,
y luego vendrá el vértigo del amor más brutal.
Vendrá un crujir de plumas,
la sangre, como almíbar,
y el grito, ya inhumano,
de la muerte más dulce que hayas imaginado.
1995


Ya nunca volveremos al viejo paraíso donde nace la lluvia,
donde huelen a alfalfa cortinas y manteles.

Ya nunca volveremos a medir la distancia
que queda entre las ramas del drago florecido.
Ni a remover la tierra,
ni a regar los maizales,
ni a pintar las ventanas,
ni a recoger el agua en cubos transparentes.

Ya nunca vendrá el frío
a llenarnos el pozo de zarzamora verde.
Ni volverá tu boca a dejar en la mía el sabor de la almendra.
Cuando voy por las calles, solitaria y ausente,
voy pensando en tu cuerpo.
Te llevo entrelazado por todas las cinturas
que acometo desiertas.
Tú estás en las aceras,
en las piedras del suelo,
en esos soportales que aúllan tus abrazos,
en la melancolía de mujeres sin rumbo
que perdieron el grito y la memoria nuestra.
Y yo sé que eres mío
por encima de ritos y vagas ceremonias.
Lo sé porque te amo y tú me lo has oído.
Y yo sé que te amo
porque mis brazos duelen al recordar los tuyos

y el espacio que ocupo se vuelve oscuro y frío
cuando escondes tus ojos por detrás de los míos,
y una vez que me has visto crecer y duplicarme
me hieres y abandonas delante de las otras.
1992


Me besabas los ojos con tus ojos.
Con tus ojos mi vientre y tu ternura
se engarzaban felices en el arco lunar de tu alegría.
Y en ese resplandor de los atardeceres
me ofrecías el milagro de renacer por ellos.
Dorada la sonrisa y el amor que me dabas,
podía descubrirte,
regresarte,
hacerte mío,
a través de una mesa de fibra aguamarina.
1993


Aladas

Yo no soy esa muchacha
de pelo ensortijado y cintas en el pelo
que baila para ti en los antiguos salones del Coimbra.
Yo no soy esa otra que se desliza suavemente
por las gastadas alfombras del viejo comedor
                     -los brazos en alto como nubes o pájaros-
tarareando canciones que te dejan partido el corazón..
No te engañes, mi amor,
no confundas mi voz y mis canciones
con el tono ligero de las suyas.
Resucítame y créceme, amado, no te escondas.
Emerge de la lluvia, del mar, de las cenizas.
Resurge en llamaradas.
Que el brillo de tu rostro no lo empañe la noche
ni el llanto de mis ojos.
Acaricia mis hombros
con la suave ternura de otros tiempos
                      -la misma que utilizas con ella-
y di que aún soy hermosa
y que mi pelo brilla como si fueran alas.

No me hagas la muerte más difícil.

2002

BREVES NOTAS BIOGRÁFICAS:

Poeta, prosista y novelista española nacida en Santa Isabel de Fernando Poó, Guinea Ecuatorial, en 1943.
Doctora en Filosofía Pura, Antropóloga y Catedrática de Filosofía, ha ejercido la docencia desde 1965. Ha sido Presidenta de la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid, organizadora y miembro del grupo poético literario La Ortiga, fundadora y directora de Ediciones La Palma en Madrid y organizadora y coordinadora para el Gobierno de Canarias de los proyectos
El Papel de Canarias y  Memoria de las Islas. Actualmente es directora de la Fundación Antonio Gala.
Su producción poética se inició con el poemario «El viento y las adelfas» en 1973, al que siguieron «Inevitable Océano» en 1982, «Penumbra» en 1985, «Del amor imperfecto» Premio Internacional de Poesía “Ciudad de Melilla” en 1987,  «La Fajana Oscura», Premio Internacional de Poesía “Rosa de Damasco” en 1989,  «Cementerio de elefantes» en 1992, «Al final del agua» en 1993, «Tránsito» en 1995,  «Mar de amores» XII Premio Nacional de Poesía “José Hierro” en 2002 y finalmente «Quince poemas de amor adolescente» en 2003.
Ha obtenido otros galardones como investigadora y guionista de cine y parte de su obra ha sido traducida al francés, italiano, inglés y árabe.

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