I. LA SOLEDAD DETENIDA
A Diego, huésped de esta soledad
RUEGO
Apacíguame el llanto que transita
por la casa de amor en que padezco
una ausencia de ti. Ven a la cita
de este dolor de ayer en que me crezco
para salvar un sueño que se niega
a dejar su lugar en tu ventana.
Aguárdame a la hora de la siega,
no esperes, segador, para mañana.
Córtame la raíz de este desvelo,
hazme un poco de paz en tu pañuelo,
y renuncia a mi pena por un día...
Conviérteme en tu sombra para darte
mi motivo de ser por estandarte,
mi tristeza mejor por compañía.
MI SUEÑO
Mi sueño despertó sin hacer ruido
dejándome un retazo de desvelo,
mi sueño -cabizbajo- se fue al cielo
la tarde de un agosto adolorido.
Testigo de una farsa, enmudecido
guardián de tanta angustia, fiel pañuelo
donde vertí tu ausencia y mi recelo...
Huésped de una ocasión, destituido
hogar de la verdad, trémulo anhelo,
piel de la soledad, envejecido
llanto que se confunde con mi duelo.
Eso mi sueño fue, eso he perdido,
y a buscar otros sueños me rebelo:
me sobra corazón para el olvido
Y QUIÉN DICE
Y quién dice que quiero ser valiente
cuando no puedo ser la que yo era:
la muchacha que amó la primavera
y quiso florecer entre la gente.
Y quién dice que quiero ser paciente
cuando cruza el dolor ante mi espera,
y se lleva en sus brazos la quimera
que quise sujetar a mi presente.
Y quién dice que el verso es necesario
cuando ya nada cuenta sino el diario
deambular por mi voz sin decir nada...
Y quién dice que yo quiero estar viva
cuando soy una muerte fugitiva
vagando por mi lágrima asustada.
INVITACIÓN
Por el milagro de un jazmín obrero,
por el verso de amor que en la gaveta
muere de soledad; por la discreta
plenitud de la lluvia en el alero...
Por el amanecer, por el primero
de todos los encuentros, por la meta
que nunca he de alcanzar; por la secreta
oración que repito cada enero.
Por el silencio de la media luna,
la noche desvelada, la fortuna
que guardo en el desván de mi recuerdo...
Te invito a ser por hoy esa mentira
Con antifaz de sueño que me mira
Desde la inquieta paz donde me pierdo.
CORAL GABLES
Esta ciudad de péndulos gastados,
de recatado aroma de violetas,
custodiada por calles indiscretas
y el corazón prendido a los costados
Llega a ser tan cercana como el aire,
tan llena de visiones presentidas
Cofre para guardar las despedidas,
señora que envejece con donaire.
Bautizada con agua de una fuente,
deja su bendición entre la gente
que descubre el ayer bajo su abrazo.
Esta ciudad gentil como un poema,
suave como la lumbre que no quema,
puede hospedar a Dios en su regazo.
CUBA
Es la palabra breve
que me arrulla el recuerdo
con retazos de infancia.
Es el nombre aprendido de memoria
y que llega a ser parte de mi misma
como la voz de Dios en el silencio.
Sus fundadores fueron gente honrada
que domaron la vida con acierto,
gente que cultivó cañaverales
con el arado noble del esfuerzo;
que supieron cruzar las guardarrayas
sin mirar hacia atrás porque iban lejos.
Mi isla poesía
la grata languidez de la costumbre.
Sabía repartirse
ante el asombro reverente de la brisa
y se quedaba quieta entre colores
de distintos reflejos.
Con su oficio de hogar protegía las horas
del filo inexorable de la ausencia.
Por eso antes de irme de su lado
le dejé la nostalgia
en un intento vano de infinito;
y coloqué la ofrenda de una ventana rota
para que entren las nubes
a dibujar la luz en los espejos.
Ella está donde siempre
con su paisjae enterno.
Ha de seguir allí hasta que yo pueda
tocarme el corazón sin sentir miedo.
Y aunque se sienta triste
esconderá la pena en cada gesto
porque el futuro es libre y ya no llora
un ángel desde adentro.
Es la esperanza al borde del camino.
Es la ilusión intacta del regreso.
SARA MARTINEZ CASTRO nace en Cueto, Oriente, Cuba el 13 de julio de 1950. Sale de su patria en enero de 1970 para exiliarse en Estados Unidos. Desde entonces habita en la esperanza de volver a una Cuba libre. En 1979 se gradúa de Miami-Dade Community Collegue donde obtiene un Asociado en Artes, con honores. Toma cursos de literatura española e hispanomericana en St. Thomas University. Recibe un certificado de periodismo del Koubek Memorial Center de la Universidad de Miami. Participa en certámenes literarios y obtiene distintos premios de poesía. En 1986 publica su libro La soledad detenida. Su obra poética se encuentra en distintas antologías y muchos de sus poemas han sido publicados en El Poema de Hoy de Diario Las Américas. Está convencida de que el poeta deambula por la palabra para alcanzar el infinito a sabiendas de que es inalcanzable. Sigue escribiendo para tentar la suerte. Pertenece a The International PEN Club, rama de EE.UU., y es vicepresidenta del Círculo de Cultura Panamericano, capítulo de Miami. Trabaja de traductora e intérprete. Es directora de asuntos culturales de la organización patriótica Alpha 66.
(de http://www.poesiahispana.com/)
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